jueves, diciembre 03, 2009
El espejo de Ngongo
René Ngongo ha estado trabajando en estrecha colaboración con Greenpeace para salvar los bosques de la Cuenca del Congo (el segundo bosque tropical más grande después del Amazonas) desde 2004, primero como jefe de la ONG “Ocean” (Organisation concertée des écologistes et amis de la nature) y ahora como Asesor Político de Greenpeace África, cargo bajo el cual dirigió la apertura de nuestra primera oficina en la República Democrática del Congo (RDC).
Su vida es una historia inspiradora. Se crió en el Congo, cerca del Parque Nacional de Virunga - una zona verdaderamente única con una excepcional biodiversidad que se incluye en la lista de Patrimonio Mundial en Peligro de la UNESCO. Fue en estos bosques que empezó a soñar con convertirse en un conservacionista. Estudió biología en la Universidad Kinsagani donde también trabajó durante varios años. René también fundó la prestigiosa ONG congoleña "Ocean", que sirve como mediadora entre las comunidades forestales y los principales accionistas.
Protegiendo los bosques del Congo
Como parte de su trabajo para proteger el bosque de la cuenca del Congo de los madereros e industriales, René ha desarrollado activamente soluciones de base y contactos locales en pueblos remotos. Esta infraestructura se convirtió en la base de las actividades educativas en materia de deforestación y reforestación y en creación de conciencia ambiental. Entre 1994 y 2002, René desarrolló herramientas para luchar contra la agricultura “de tala y quema". Entre estas herramientas estaban los campos de demostración en Kisangani, que mostraban a la comunidad local que las técnicas agrícolas alternativas eran posibles. Esto permite disminuir la presión sobre los bosques y ofrecer mejores alternativas de ingresos para los agricultores locales.
René coordinó la creación de una plantación de plántulas (20.000 plantas) de las especies de árboles más explotadas en la provincia oriental. Esta plantación de árboles proveyó árboles para distintos eventos "Ciudad verde". Durante estos eventos "Ciudad verde" (Ville Verte), los árboles fueron plantados en parques abandonados, a lo largo de avenidas y en escuelas.
Permanecer
El acto de permanecer cuando uno puede irse es una de las cosas más importantes que una persona puede hacer. Durante la brutal guerra que desgarró al Congo entre 1996 y 2002, René no abandonó sus esfuerzos. Él era una de las afortunadas personas que podrían haber abandonado el país fácilmente, a causa de su red de amigos fuera de Congo. En su lugar, prefirió quedarse.
Monitoreó la utilización de los recursos naturales por los diferentes grupos Waring. Durante uno de sus eventos de plantación de árboles en las afueras de Kisangani, la guerra entre las tropas de Uganda y Ruanda comenzó. René y sus invitados tuvieron que buscar refugio de la batalla de artillería que de repente se inició en el barrio.
La lucha contra la tala destructiva
Hoy que la República Democrática del Congo ha vuelto a una paz “relativa", los bosques intactos del país están más que nunca amenazados por los proyectos industriales a gran escala, tales como la explotación forestal. A pesar de que una “reforma” patrocinada por el Banco Mundial y una moratoria sobre nuevas concesiones de explotación forestal fueron establecidas hace 7 años, las compañías siguen explotando los bosques con impunidad.
Mal pagos (cuando les pagan) y mal equipados agentes locales de control son incapaces de proteger a los viejos y enormes árboles que están siendo talados y enviados a Europa y otros mercados internacionales. Pero la gente como René continúa la lucha contra la destrucción ecológica y la injusticia social. En sus propias palabras "Nuestros bosques son nuestros medios de subsistencia. Ellos no pueden reducirse a un producto de exportación barata. Para millones de personas, los bosques son su supermercado, su farmacia, y la base de su salud espiritual y física".
Los bosques son también vitales para nuestro clima mundial. Alrededor del 20 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero provienen de la deforestación. En enero de 2009, el gobierno concluyó la revisión jurídica de 156 títulos de tala, y consideró que 91 de ellos ilegales. A pesar de ello, algunas de las empresas que no han sido validadas continúan la tala hasta el día de hoy. René insiste: "No tenemos alternativas. No necesitamos vender nuestros bosques para lograr escasos beneficios a corto plazo. Hoy sabemos que nuestros bosques tienen más valor de pie que talados, y es por eso que necesitamos un acuerdo sólido y el apoyo a un mecanismo financiero para reducir las emisiones y poner fin a la deforestación".
Premio Nobel Alternativo
El premio Right Livelihood Award es también conocido como el Premio Nobel alternativo. Se honra a aquellos que ofrecen respuestas prácticas y ejemplares a los desafíos más urgentes que enfrentamos hoy. Varios ganadores se anuncian cada año y reciben el premio a principios de diciembre. Greenpeace celebra que Rene sea uno de ellos.
Toda la obra de René es hoy reconocida por la Fundación Right Livelihood Award: "Desde 1994, incluso en medio de la guerra civil de 1996-2002, René Ngongo ha participado, con gran riesgo personal, en campañas populares, promoción política e iniciativas prácticas para hacer frente a los destructores de la selva y ayudar a crear las condiciones políticas que podrían detener su destrucción y lograr su conservación y uso sostenible. "
Con satisfacción, el Director Ejecutivo de Greenpeace Internacional Gerd Leipold, dijo: "Mientras esperamos que el presidente Obama transforme el Premio Nobel de la Paz en una acción real para la protección del clima en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el clima en Copenhague en diciembre, es la gente como René Ngongo la que ya ha empezado a levantar pesos pesados. Las personas como René son los verdaderos líderes del clima y es bueno saber que al menos un héroe climático será honrado en los países escandinavos este mes de diciembre".
Texto publicado en la página de Greenpeace Argentina.