jueves, diciembre 24, 2009
Abrir los ojos
Un breve recorrido de imágenes que invitan a pensar que hay que cambiar la realidad ambiental. Que hay que tomar conciencia. La consecuencias están golpeando ya en la puerta de nuestras casas, en cualquier lugar, frente a cada mirada. El fracaso de la Cumbre de Copenhague 2009 genera una responsabilidad para cada comunidad, para cada ciudadano. Sucede que el poder mundial le da la espalda a los crímenes ambientales que genera. Y el camino de las soluciones -lo señalan los especialistas- resulta cada vez más angosto. Y eso es malo para todos. El principio es abrir los ojos.
sábado, diciembre 19, 2009
El poderoso fracaso
Por Greenpeace Argentina
Ha sido una noche muy difícil para todos. La cumbre de Copenhague finalizó y no se llegó a un acuerdo que sea justo, ambicioso y obligatorio. Más de 15 millones de personas en todo el mundo exigieron un acuerdo efectivo para proteger el clima, activistas de Greenpeace y otras ONG´s están presos por exigir a los políticos un acuerdo responsable y, sin embargo, los representantes de las principales economías del mundo no han tomado las medidas necesarias para salvar al planeta de una catástrofe climática.
Por eso, antes que nada, necesitamos que difundas este mensaje, hagas saber la verdad sobre lo que ha ocurrido y nos ayudes a cambiar el futuro.
Los primeros mandatarios de los países más poderosos del mundo dejaron ayer la Cumbre de Copenhague sin llegar a un acuerdo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero tal como la ciencia recomienda para evitar una catástrofe climática.
Ellos nos quieren hacer creer que firmaron un acuerdo exitoso pero juntos podemos asegurarnos de que se sepa la verdad. Si todo el mundo sabe que no se consiguió en Copenhague el acuerdo que el planeta necesita, aún tendremos una oportunidad para detener el cambio climático antes que sea demasiado tarde.
Por favor, dedicale unos minutos al planeta y reenvía este mail a todos tus contactos. Difundilo a través de tu facebook, twitter y Sonico.
El mundo se enfrenta a una trágica crisis. En lugar de unirse para garantizar un futuro mejor para todos, en Copenhague, los negociadores más influyentes traicionaron a las generaciones futuras y actuales.
De todas maneras esto no terminó, millones de personas exigieron un acuerdo efectivo antes de que la cumbre empezase y lo siguen exigiendo todavía. Aún podemos salvar al mundo de la devastación que producirá un cambio climático fuera de control.
Gracias por tu compromiso,
Más:
Otros detalles de la Cumbre de Copenhague.
viernes, diciembre 18, 2009
No hay que perder esta batalla
Por Osvaldo Bayer
Desde Bonn
Cuando estoy escribiendo estas líneas ya está en su sesión final la reunión mundial en Dinamarca sobre el cuidado del medio ambiente. Como casi siempre ha ocurrido en la historia del ser humano, durante la discusión privaron los intereses comerciales y de dominación sobre aquellos análisis sobre la vida que deberían resultar positivos para toda la humanidad. Hasta la policía danesa demostró no ser muy diferente de otras cuando comenzó a dar palos a diestra y siniestra ante la valiente reacción juvenil contra los dinosaurios representantes de los pueblos. (“Esto parece la Argentina”, me musitó un amigo ante la pantalla televisiva que daba escenas de la represión en las calles de Copenhague.) El diario alemán Frankfurter Rundschau tituló el día de la represión danesa llamando el congreso “La reunión cumbre de la rabia”. En Copenhague quedó al desnudo el sistema que domina al mundo: un desatado capitalismo que convive con guerras continuadas y con las diferencias sociales que cada vez más dejan al descubierto las injusticias en los países líderes del liberalismo económico o en aquellos que lo disimulan con el curioso e hipócrita sistema de la “economía social de mercado”. Así como en economía se prioriza al individuo en vez de la sociedad, de la misma manera se otorga fundamental importancia al interés económico y político de los países dominantes. Claro, la primera perjudicada es la paz y, al mismo tiempo, la naturaleza. Dos conceptos que el sistema capitalista ha ignorado desde sus comienzos.
Y el sistema triunfante hasta ahora nos muestra sus verdades. Se notó en el debate de Copenhague. Los países industriales dominantes explotan y deterioran la naturaleza de tal manera que hasta ellos mismos se dieron cuenta y convocaron esta reunión que debería ser fundamental y no para ganar tiempo y calmar los ánimos. Sin embargo, éstos se enardecieron en lo que atañe a los representantes del Tercer Mundo. De ahí la protesta en las calles. Fue cuando la señora Merkel, jefa del gobierno alemán, trató de mediar entre Estados Unidos y China y habló de la importancia de lograr en este congreso un plan verdadero de defensa de la ecología. Pero fueron palabras, nada más que palabras, porque el mismo día en Alemania se publicaba el nuevo presupuesto para el 2010 y las cifras hacen sonreír con sorna o llorar de pura desesperación. Veámoslas. Para gastos militares: 31 mil millones de euros; para defensa ecológica, apenas mil millones. Es decir, 30 veces más en gastos militares que en apoyo al cuidado de la naturaleza. Está todo dicho. Además las cifras para Educación son de 10,91 mil millones, tres veces menos que para gastos militares.
Un pesimista diría, muy deprimido: el mundo está perdido. Por eso la alegría de ver las calles de Copenhague repletas de juventud reclamando. Primero por el cuidado de la naturaleza, después contra el lujo destructivo de los que detentan el verdadero poder en el mundo.
Nos pareció muy bien la convocatoria mundial en defensa de la naturaleza. Pero, además, debería convocarse a otro congreso mundial ya mismo para terminar con el hambre de los seres humanos en nuestro injusto planeta. Las cifras de Naciones Unidas lo dicen todo: hay mil millones de seres humanos, repito, ahora en mayúscula, MIL MILLONES DE SERES HUMANOS EN EL MUNDO QUE PADECEN HAMBRE. Y el sistema lo permite. Y hay políticos que piensan todavía que la culpa de todo la tienen los adolescentes que usan aritos o el pelo largo o que escuchan rock. Es hasta escalofriante escuchar eso. Pero sigamos con cifras, esta vez del país capitalista mejor organizado de todos, Alemania. Se pudo ver por televisión, hace tres días, un informe sobre la gente sin trabajo en este país. Sí, cobran el seguro de desocupación, que es una cifra mínima. Claro, algún latinoamericano dirá: sí, pero viven bajo techo, nuestros pobres viven en las villas miseria. Pero ese razonamiento no ayuda al consuelo o a la explicación, más comparando lo que reciben los sin trabajo por el seguro de desocupación con lo que perciben los ejecutivos de grandes empresas. Y para ser una verdadera democracia la sociedad tiene que obligarse a la expresión “trabajo para todos”. Y terminar con el despido de personas de más de 55 años sin asegurarle otro trabajo. En Alemania la cantidad de desocupados oscila en los cuatro millones. Y se llama a sí mismo “un Estado social”. Cuando las estadísticas muestran que un cuarto de la sociedad posee un 50 por ciento del total de la fortuna alemana. Eso se llama desigualdad. En una verdadera democracia cada ciudadano debería ganar lo que necesita para su familia y para él.
Los números en los Estados Unidos son más graves y denuncian de por sí lo injusto del sistema.
Otra pregunta fundamental para una democracia: ¿por qué no se hace un congreso mundial acerca del problema de la desocupación? ¡Los trabajos que podrían hacerse para la salud pública, para la educación, para el conocimiento entre los pueblos, con planes internacionales para dar tareas y salario a las masas desamparadas! En vez de armas y guerras, planes de trabajo por encima de las fronteras. En vez de la guerra y la muerte, la verdadera paz, que significa vida.
No, no es un sueño o un disparate. ¿Quién hubiera dicho hace diez años que se iba a realizar un congreso por el respeto al equilibrio ecológico? Nadie, porque la filosofía principal era exportar más, vender más, conquistar mercados, la llamada verdadera forma de mantener el poder sobre el mundo.
Está justamente terminando ese primer congreso mundial de representantes de los Estados del mundo cuando escribo esto y los diarios de esta semana traen otra noticia que nos habla de las estrategias que tiene el poder económico actual. Y que nos tiene que poner en alerta acerca de las economías de nuestros países del Tercer Mundo. Desde 1999 han sido suprimidos en Alemania 1.400.000 empleos de horario completo. Desde el 2007, 1.800.000 alemanes más necesitan trabajar en dos empleos para mantener su nivel de vida. Todos los meses aumentan el número de los llamados “minijobs”, “miniempleos”, que han crecido en los últimos seis años en un 29 por ciento a un total actual de 7.000.000. Estrategias y tácticas del “sistema social de mercado”. El capitalismo disimulado, el poder del dinero, la norma no escrita de, en lo posible, ganar más, lo que significa más ganancias para las empresas.
El discurso de Obama en Copenhague puede ser interpretado de dos maneras: o va a cumplir con lo prometido o son palabras que prometen todo para no cambiar nada o muy poco.
Aquí en Alemania se ha difundido un trabajo del economista Schularik y del historiador Ferguson de que hay un acuerdo entre Estados Unidos y China de presentar tales criterios diferentes en la discusión sobre la defensa de la ecología para que el plan quede sólo como eso, un esbozo. Los dos estudiosos del tema llaman a ese pacto no escrito entre China y Estados Unidos como “Chimérica”, y señalan que actualmente esas dos potencias están realizando juntas grandes negocios empleando justamente petróleo, gas y carbón, y que por el momento no les conviene ninguna medida contra el empleo de esas energías. Y agregan: “No es que Estados Unidos esté contra China y viceversa, sino que Chimérica está contra todo el mundo”.
Veremos, lo principal es que los pueblos han empezado a discutir este tema fundamental para el futuro de la humanidad. El tema ya está instalado. Los pueblos salen a la calle pese a las represiones típicas del sistema. Los órganos de difusión, los docentes, los políticos que acompañan al pueblo deben tomar el tema como algo fundamental para la vida de todos. Y no olvidarse del hambre de los niños y del derecho a trabajar de los desocupados.
Texto publicado por Osvaldo Bayer en Página/12.
lunes, diciembre 07, 2009
El equipo de todos
Mañana, en Copenhague, se desarrollará la Edición número 15 de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Allí se reunirán las máximas autoridades del mundo para definir el futuro de nuestro planeta. Esta cumbre es una oportunidad clave para evitar el desastre ambiental y humanitario que el cambio climático puede ocasionar.
Gracias a la presión de millones de personas en todo el mundo se logró que los principales líderes mundiales, incluido el presidente de EEUU Barack Obama, asistan a la reunión de Copenhague, situación que no estaba segura hace tan sólo 15 días. Sin embargo, si no se comprometen a reducir de forma drástica las emisiones de gases que producen calentamiento global, los impactos sobre la humanidad serán devastadores.
Esta es la única manera de evitar las tragedias que el calentamiento global puede producir en los próximos años: la desaparición masiva de los glaciares, el colapso de ecosistemas y economías regionales, hambrunas y millones de refugiados ambientales.
Más:
Para sumarte a la campaña, en Greenpeace Argentina.
jueves, diciembre 03, 2009
El espejo de Ngongo
René Ngongo ha estado trabajando en estrecha colaboración con Greenpeace para salvar los bosques de la Cuenca del Congo (el segundo bosque tropical más grande después del Amazonas) desde 2004, primero como jefe de la ONG “Ocean” (Organisation concertée des écologistes et amis de la nature) y ahora como Asesor Político de Greenpeace África, cargo bajo el cual dirigió la apertura de nuestra primera oficina en la República Democrática del Congo (RDC).
Su vida es una historia inspiradora. Se crió en el Congo, cerca del Parque Nacional de Virunga - una zona verdaderamente única con una excepcional biodiversidad que se incluye en la lista de Patrimonio Mundial en Peligro de la UNESCO. Fue en estos bosques que empezó a soñar con convertirse en un conservacionista. Estudió biología en la Universidad Kinsagani donde también trabajó durante varios años. René también fundó la prestigiosa ONG congoleña "Ocean", que sirve como mediadora entre las comunidades forestales y los principales accionistas.
Protegiendo los bosques del Congo
Como parte de su trabajo para proteger el bosque de la cuenca del Congo de los madereros e industriales, René ha desarrollado activamente soluciones de base y contactos locales en pueblos remotos. Esta infraestructura se convirtió en la base de las actividades educativas en materia de deforestación y reforestación y en creación de conciencia ambiental. Entre 1994 y 2002, René desarrolló herramientas para luchar contra la agricultura “de tala y quema". Entre estas herramientas estaban los campos de demostración en Kisangani, que mostraban a la comunidad local que las técnicas agrícolas alternativas eran posibles. Esto permite disminuir la presión sobre los bosques y ofrecer mejores alternativas de ingresos para los agricultores locales.
René coordinó la creación de una plantación de plántulas (20.000 plantas) de las especies de árboles más explotadas en la provincia oriental. Esta plantación de árboles proveyó árboles para distintos eventos "Ciudad verde". Durante estos eventos "Ciudad verde" (Ville Verte), los árboles fueron plantados en parques abandonados, a lo largo de avenidas y en escuelas.
Permanecer
El acto de permanecer cuando uno puede irse es una de las cosas más importantes que una persona puede hacer. Durante la brutal guerra que desgarró al Congo entre 1996 y 2002, René no abandonó sus esfuerzos. Él era una de las afortunadas personas que podrían haber abandonado el país fácilmente, a causa de su red de amigos fuera de Congo. En su lugar, prefirió quedarse.
Monitoreó la utilización de los recursos naturales por los diferentes grupos Waring. Durante uno de sus eventos de plantación de árboles en las afueras de Kisangani, la guerra entre las tropas de Uganda y Ruanda comenzó. René y sus invitados tuvieron que buscar refugio de la batalla de artillería que de repente se inició en el barrio.
La lucha contra la tala destructiva
Hoy que la República Democrática del Congo ha vuelto a una paz “relativa", los bosques intactos del país están más que nunca amenazados por los proyectos industriales a gran escala, tales como la explotación forestal. A pesar de que una “reforma” patrocinada por el Banco Mundial y una moratoria sobre nuevas concesiones de explotación forestal fueron establecidas hace 7 años, las compañías siguen explotando los bosques con impunidad.
Mal pagos (cuando les pagan) y mal equipados agentes locales de control son incapaces de proteger a los viejos y enormes árboles que están siendo talados y enviados a Europa y otros mercados internacionales. Pero la gente como René continúa la lucha contra la destrucción ecológica y la injusticia social. En sus propias palabras "Nuestros bosques son nuestros medios de subsistencia. Ellos no pueden reducirse a un producto de exportación barata. Para millones de personas, los bosques son su supermercado, su farmacia, y la base de su salud espiritual y física".
Los bosques son también vitales para nuestro clima mundial. Alrededor del 20 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero provienen de la deforestación. En enero de 2009, el gobierno concluyó la revisión jurídica de 156 títulos de tala, y consideró que 91 de ellos ilegales. A pesar de ello, algunas de las empresas que no han sido validadas continúan la tala hasta el día de hoy. René insiste: "No tenemos alternativas. No necesitamos vender nuestros bosques para lograr escasos beneficios a corto plazo. Hoy sabemos que nuestros bosques tienen más valor de pie que talados, y es por eso que necesitamos un acuerdo sólido y el apoyo a un mecanismo financiero para reducir las emisiones y poner fin a la deforestación".
Premio Nobel Alternativo
El premio Right Livelihood Award es también conocido como el Premio Nobel alternativo. Se honra a aquellos que ofrecen respuestas prácticas y ejemplares a los desafíos más urgentes que enfrentamos hoy. Varios ganadores se anuncian cada año y reciben el premio a principios de diciembre. Greenpeace celebra que Rene sea uno de ellos.
Toda la obra de René es hoy reconocida por la Fundación Right Livelihood Award: "Desde 1994, incluso en medio de la guerra civil de 1996-2002, René Ngongo ha participado, con gran riesgo personal, en campañas populares, promoción política e iniciativas prácticas para hacer frente a los destructores de la selva y ayudar a crear las condiciones políticas que podrían detener su destrucción y lograr su conservación y uso sostenible. "
Con satisfacción, el Director Ejecutivo de Greenpeace Internacional Gerd Leipold, dijo: "Mientras esperamos que el presidente Obama transforme el Premio Nobel de la Paz en una acción real para la protección del clima en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el clima en Copenhague en diciembre, es la gente como René Ngongo la que ya ha empezado a levantar pesos pesados. Las personas como René son los verdaderos líderes del clima y es bueno saber que al menos un héroe climático será honrado en los países escandinavos este mes de diciembre".
Texto publicado en la página de Greenpeace Argentina.
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