En la Argentina hay 376.286 chicos de entre 12 y 17 años que no van a la escuela. Un dato preocupante del Ministerio de Educación. A este escenario se suman otras cifras: el abandono escolar nacional entre 2003 y 2004 alcanzó el 1,8% en EGB1 y EGB2, el 8,4% en el EGB3 y el 15,5% en Polimodal. Además, las condiciones de las escuelas no ayudan: en el país hay 13.200 escuelas rurales, la mayoría con recursos insuficientes.Sin embargo, en medio de este contexto, los corazones continúan trabajando por estos chicos y muchos otros más. Eso es lo que la Fundación Noble del Grupo Clarín, la asociación civil Padrinos de Alumnos y Escuelas Rurales (APAER) y la Fundación Cimientos, con el apoyo de la Red Solidaria, promueven con la campaña Digamos Presente, que mañana inicia su 5ª edición. Una iniciativa por la educación que busca que los argentinos conozcan los problemas urgentes de las instituciones escolares para despertar la solidaridad y el compromiso con el futuro de los que menos tienen. De este modo se convoca a la gente y empresas a colaborar a través del padrinazgo de escuelas y de chicos en riesgo de deserción. Este año las caras de la campaña son Natalia Oreiro y Facundo Arana, responsables de describir la problemática y convocar la ayuda."Digamos presente" nació en 2002 con el objetivo de ayudar a las escuelas rurales que atravesaban la desolación de la crisis de 2001. En los primeros tres años se recolectaron 545.416 donaciones (entre útiles y zapatillas) entregados a 1.335 escuelas por año. En 2005 se donaron 209.321 útiles que incluían 16.000 libros escolares recién editados y se inscribieron 1.039 padrinos para escuelas y alumnos. "Apuntamos a poner en la agenda la importancia del acceso igualitario a la educación. Sin reemplazar el rol indelegable del Estado, buscamos sumar el compromiso de la sociedad y del sector privado para generar más oportunidades", enfatizó Martín Etchevers de la Fundación Noble.Como pioneros del programa, A.P.A.E.R. obtuvo el apoyo de 43 empresas que destinó al armado de huertas, invernaderos, talleres de costura y tejido en escuelas rurales que deben autoabastecer el comedor escolar y capacitar a los alumnos en un oficio. "Hay padrinos que donan ropa y libros y algunas empresas, hasta cinco kilómetros de red eléctrica", dijo Noemí Arbetman, fundadora y presidenta de A.P.A.E.R.El año pasado se destinaron $100.000 para alumnos de escuelas rurales que no tienen EGB3 y lo cursan en instituciones alejadas de dónde viven. Otros fondos financiaron cursos a distancia para maestros. "El mecanismo para incorporar a los abandonados no es la solidaridad —bueno para las urgencias— sino la educación", dice Juan Carr, de Red Solidaria.La organización sin fines de lucro, Fundación Cimientos, trabaja con un sistema de becas para evitar la deserción: es un apoyo mensual de $115 por alumno. "Hay un monitoreo del desempeño y el compromiso del becado. Si los resultados son buenos, se renueva para el año siguiente", explica Agustina Cavanagh, de Fundación Cimientos.Como todos los años varias empresas líderes sumaron su aporte para programas de inclusión es colar, padrinazgos y apoyo a escuelas rurales. Se trata de Arcor, Repsol YPF, Telecom y Tinta Fresca. La Fundación Andreani volverá a colaborar en la distribución de las donaciones.
Cómo colaborar
Llamando en forma gratuita al 0-800-777-1000 desde mañana y durante marzo se puede apadrinar, en forma individual o grupal (amigos, familia, empresas) a una escuela rural a través de APAER o a un chico para que finalice sus estudios a través de la Fundación Cimientos.
Fuente: www.clarin.com