domingo, junio 30, 2024

Berta: prohibido olvidarla


Hoy escribo para que usted me ayude a pedir justicia. Asesinaron a mi mamá, Berta Cáceres, siento dolor, un dolor que no puedo describir con las palabras, la mataron por defender la vida, por defender nuestros bienes comunes y de la naturaleza que son sagrados, por defender nuestros ríos que son fuente de vida, también de fortaleza y espiritualidad ancestral.

Yo soy Salvador del pueblo Lenca de Honduras. Mi mamá es mujer de resistencias, de luchas, para que nuestra conexión profunda con la naturaleza no sea destruida y la vida de los pueblos sea respetada. La quisieron callar con las balas, pero ella es semilla, semilla que renace en todos y todas, en su pueblo que sigue en ese caminar de resistencias. Para alcanzar la justicia verdadera necesitamos de su ayuda, pidiendo al gobierno hondureño que permita una comisión independiente de investigación para poder esclarecer el crimen de mi mamá. Haga click aquí.

Honduras es el país más peligroso para los activistas medioambientales. Más de 100 fueron asesinados entre 2010 y 2014. Es una cifra que da escalofríos. Dejaron su vida para defender lo que es de todos. Mi amada mamá no fue la excepción. Había sido amenazada y perseguida muchas veces por defender el territorio de nuestro pueblo.

Dos de mis hermanas tuvieron que irse del país. A pesar de eso, mi mamá no dejó de luchar ni un minuto contra el proyecto hidroeléctrico Agua Zarca, una obra que implica el desalojo, la privatización y la destrucción de nuestros territorios, además de asesinatos a la gente que tiene la determinación y claridad de que la vida no es mercancía. No la pudieron detener, junto a su pueblo se hizo invencible, así que asesinos entraron a su casa y abrieron fuego contra su pecho. Sentimos indignación por las balas asesinas y también porque la impunidad sigue presente.

Berta lo decía: ¨Defender los derechos humanos es un crimen en Honduras¨. Sabía que lo que hacía significaba un peligro para ella y sus seres queridos. Pero no le importó. Junto al Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) defendió a las comunidades indígenas dejando su vida. Hoy, nuestra familia, todo el pueblo Lenca y miles de hondureños mantienen el reclamo por justicia. Solo la lograremos si presionamos al presidente de mi país para que acepte que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos investigue el asesinato. No podemos confiar en la justicia hondureña. Haga click aquí.

¨Usted tiene la bala… yo la palabra. La bala muere al detonarse, la palabra vive al replicarse¨. Hoy tenemos que ser esa palabra. Mamá dio la vida en defensa de la humanidad y el planeta. Waldemar, usted puede dar un minuto de su tiempo para ayudarme a pedir justicia por ella.

Gracias por su apoyo.

Salvador Edgardo Zuniga Cáceres
Hijo de Berta Cáceres

*Vía Greenpeace Argentina, 2016.

Prohibido olvidarla.